Sorprender al espectador… ¿o no?

-Sorprender

Sorprender es la palabra mágica. El objetivo fundamental. Lo que busca todo comunicador para mantener el interés del espectador.

sorprender

¿Es tan importante sorprender? Por empezar llevando la contraria, veamos un ejemplo típico en el que triunfa lo menos sorprendente. Cuando vemos series de televisión, muchas veces nos es más fácil continuar una que ya conocemos que empezar una nueva. He ahí un caso en el que preferimos lo previsible a lo sorprendente. Enfrentarse a algo totalmente nuevo es un esfuerzo mental demasiado grande para que nos compense la sorpresa.

No pretendo decir con esto que la sorpresa esté sobrevalorada. Lo cierto es que la atracción se produce por el viejo juego entre contraste y repetición. En el ejemplo, esa serie que seguimos está de hecho sorprendiéndonos capítulo a capítulo, o nos aburriría y cambiaríamos. Y también nos sorprendió cuando vimos el primero y decidimos continuar. El impacto de esa primera sorpresa no se puede infravalorar. Y sin embargo… no cambiamos de serie. No buscamos la sorpresa a toda costa. Sólo en determinadas condiciones.

-Requisitos básicos para sorprender

Pensemos en lo siguiente: ¿qué es una sorpresa?  Podríamos definirla como la decepción de unas expectativas muy fuertes. Tan fuertes que producían sensación de certeza sobre lo que podía o no podía pasar.

Lo que sucede es que si esa sorpresa es demasiado grande, si lo que se nos da se sale totalmente de lo que cabría esperar, el interés se desvanece. ¿Por qué? Porque nuestra curiosidad deja de sentirse estimulada. Le gustan los juegos. Pero si puede suceder cualquier cosa, el juego no tiene reglas. No se puede adivinar. Y entonces, ¿para qué jugar?

Nuestra mente, sin que nos demos cuenta, se lo pasa muy bien haciendo suposiciones. Y anticipando. Por eso, para mantener el interés narrativo, el valor de lo que está sucediendo es potencialmente menos que lo que nos sugiere que puede pasar.

-Dos técnicas para sorprender que funcionan

Hay dos formas sumamente efectivas de hacer que el espectador se divierta mediante el juego con las expectativas:

  1. Haciendo que suceda algo imprevisible pero totalmente lógico, hasta lo inevitable (Aristóteles dixit), y
  2. Dando una pista al espectador de algo muy sorprendente que va a pasar. Y a continuación, hacer que suceda.

En el primer caso el espectador se divertirá por la novedad de la sorpresa. En el segundo, el resultado es mejor todavía, porque el hecho de haber adivinado lo que iba a pasar a continuación le hará sentirse muy listo. Y también parte de un juego en el que su inteligencia funciona, en el que es divertido jugar, porque se obtienen resultados. Por supuesto no hay que abusar de este recurso, porque si adivina cada giro de nuestro guión, el juego se volverá demasiado previsible, y aburrirá.

Sorprender al espectador… ¿o no?
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